María Eugenia Campos Galván enunció dos episodios trágicos que se dieron en su primer año de gobierno, el ataque en Cerocahui y el motín en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Ciudad Juárez.
“En ambas situaciones, los crímenes cometidos por los generadores de violencia dejaron en evidencia un sistema político en descomposición… estamos hablando de años, décadas de omisiones e indolencia; en un caso hacia la Sierra Tarahumara, y en el otro, al interior de nuestras propias instituciones”.
Aseguró que se trabaja intensamente en la zona serrana, acompañando a la comunidad de Cerocahui y toda la región, de la mano de los líderes sociales locales, principalmente con la compañía de Jesús, además de implementar acciones de seguridad y prevención.
A partir del diálogo derivado de los dolorosos acontecimientos, mencionó que surgió la creación de la Secretaría de Pueblos y Comunidades Indígenas, que será dedicada a coordinar los esfuerzos para atender a dicha región.
Por otro lado, expresó que los acontecimientos del CERESO llevó al gobierno a redoblar esfuerzos en el proceso de limpieza y a detener al causante generador de violencia, así como a reaprender a 25 de los 30 reos que fueron fugados e incautarles equipos tácticos, armas de alto calibre y una cantidad histórica de fentanilo.
“De manera inmediata, realizamos un operativo con saldo blanco de traslado de 191 reos de alto riesgo. A petición del ejecutivo y con la aprobación del Congreso del Estado, completamos el traslado del sistema penitenciario a la Secretaría de Seguridad Pública”.
“Y quiero dejar muy claro, sea lo que sea y digan lo que digan, aquí creemos en la legalidad, en el uso de la fuerza para el bien mayor, en el orden público y en las instituciones, y vamos a hacer lo que tengamos que hacer para que siempre prevalezca el Estado de Derecho”.